La leyenda urbana del problema matemático imposible resuelto por un conserje....
La famosa película Good Will Hunting, del director Gus Van Sant, además de ser un éxito de taquilla y un icono en su género, le valió un oscar como mejor guión original a los actores Matt Damon y Ben Affleck y un oscar de mejor actor de reparto a Robin Williams. Una de las escenas más recordadas es cuando el protagonista, Will Hunting, resuelve anónimamente un problema matemático no resuelto de la teoría de grafos algebraicos que un profesor había dejado como un reto para sus estudiantes graduados en los pasillos de la sala de clases. La razón es simple: el joven Will no era un estudiante de la Universidad, sino un conserje que vio el problema mientras barría.
Lo cierto es que esta historia es a todas luces una versión modificada de una historia real que ocurrió en 1939. A diferencia de la versión original, el problema fue resuelto en clases por un estudiante de la universidad. La historia es que George Bernard Dantzig candidato a Doctor de la Universidad de California en Berkeley llegó tarde a clases de estadística y encontró en la pizarra dos teoremas que asumió eran una tarea. Lo cierto es que eran dos Teoremas Estadísticos que estaban empíricamente demostrados, pero que no tenían una demostración formal correcta todavía. Grande fue la sorpresa de este alumno cuando seis semanas después recibió la notificación de su profesor indicándole que uno de sus desarrollos había sido convertido en un trabajo listo para ser publicado y años después fue coautor del segundo Teorema.
En 1986 Dantzig rememoró esta historia y dio más detalles en una entrevista para el College Mathematics Journal. Él recordaba cuando se disculpó con su profesor Jerzy Neyman por demorarse tanto en entregar la tarea (un par de días!) indicando que le parecieron un poco más difíciles que de costumbre. El profesor no entendió mucho de qué se trataba y le dijo que dejará el trabajo en su mesa llena de papeles. Seis semanas después, su profesor lo despertó un domingo a las ocho de la mañana para decirle que tenía lista la introducción para uno de sus resultados. De hecho cuando tuvo que hacer su tesis un año después, su profesor le indicó que anillara esos dos resultados y eso lo consideraría como tesis.
Leyenda urbana
Esta historia se convirtió rápidamente en una leyenda urbana que fue transmitida de una manera bastante curiosa. Un reverendo Luterano en una conversación con Dantzig sobre el poder del pensamiento positivo conoció esta historia y meses después le pidió permiso para colocarla en un libro que estaba escribiendo justamente sobre el pensamiento positivo. La moral de la historia era simple: si Dantzig hubiese sabido que no era una tarea, sino problemas no resueltos, se habría desanimado y probablemente no habría logrado resolverlos.
La versión del reverendo Schuller fue bastante maquillada aunque esencialmente correcta. En su historia se trataba de un examen final con 10 problemas de los cuales 2 eran imposibles indicando que hasta Einstein no los había podido resolver. Los que saben un poco de historia de las matemáticas conocen que el fuerte de Einstein no eran precisamente las matemáticas, por lo que este comentario llama la atención inmediatamente.
Es impresionante cómo el tan solo creer en nosotros mismos puede cambiarnos la vida y al mismo momento sentirnos complacidos por hacer lo que nos gusta en la vida cotidiana.
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