CONCEPTO
E HISTORIA DE LOS CUERPOS GEOMÉTRICOS
En
este apartedo vamos a hablar del concepto y la historia de los cuerpos
geométricos. Aunque este no es el eje de nuestro trabajo, creemos que tiene cierta
importancia tratar un poco de historia para comprobar de dónde vienen los
poliedros regulares y las diferentes concepciones que se han tenido de ellos a
lo largo de las diferentes etapas de la historia. El concepto será más general
y la historia se centrará en los poliedros regulares, ya que van a ser los que
trataremos en nuestro trabajo posterior.
CONCEPTO:
Se
denominan cuerpos geométricos a aquellos elementos que ocupan un volumen en el
espacio desarrollándose por lo tanto en las tres dimensiones de alto, ancho y
largo y están compuestos por figuras geométricas.
Se distinguen dos clases de cuerpos geométricos:
* Los poliedros: O cuerpos planos,
que son cuerpos geométricos compuestos exclusivamente por figuras geométricas
planas; como por ejemplo el cubo;
* Los cuerpos redondos: Que son cuerpos
geométricos compuestos total o parcialmente por figuras geométricas curvas;
como por ejemplo el cilindro, la esfera o el cono.
Los poliedros son cuerpos geométricos que están compuestos exclusivamente por
superficies planas, que se denominan caras del poliedro. Se distinguen dos
clases de poliedros:
* Los poliedros regulares: En los cuales todas
las caras son iguales. Son cinco:
* Cubo.
* Tetraedro regular.
* Octaedro regular.
* Dodecaedro regular.
* Icosaedro regular.
* Los poliedros irregulares: En los cuales no se
trata de que todas sus caras sean distintas, sino de que tienen caras que
comprenden más de un tipo de figuras planas (por ejemplo, una piedra preciosa
tallada, o los caireles de una lámpara).
HISTORIA:
Los "sólidos platónicos"
han fascinado a todas las civilizaciones a lo largo de la
historia, han sido sido símbolo de belleza ideal de ahí su presencia en la
composición de muchas obras, artistas y teóricos renacentistas como Leonardo o
Durero.
Neolítico: Las
propiedades de estos poliedros son conocidas desde la antigüedad clásica,
hay referencias a unas bolas neolíticas de piedra labrada encontradas en
Escocia 1000 años antes de que Platón hiciera una descripción detallada de
los mismos en Los elementos de Euclides. El significado de los poliedros
se remonta a los primeros estadios de la civilización, Critchlow
(1979) da una prueba fehaciente de que ya eran conocidos por los pueblos
neolíticos y por las primeras culturas históricas europeas, como muestran
la siguiente ilustración:
Se
considera que utilizaban místicamente cuando fueron observadas en la naturaleza
en formas de cristales como la pirita, o en la forma de esqueletos de animales
marinos.
Diversos
historiadores de las Matemáticas (Eves, 1983; Kline, 1992) admiten que las
antiguas civilizaciones egipcias y babilónicas tenían conocimiento del cubo,
tetraedro y octaedro y que este saber se trasmitiría a Grecia a través de los
viajes de Tales y Pitágoras.
A
la Escuela fundada por él se le
atribuye el "descubrimiento" de los cinco sólidos
platónicos, crayeron que sólo existen cinco poliedros regulares (aunque la
demostración no llegara hasta Euclides), a los cuales llamaron sólidos
cosmicos, ya que no recibirían su normbre de platónicos hasta que los tratara
el autor que les da nombre, de todos ellos les fascinaba el dodecaedro en
particular (debida a la presencia del pentágono en sus caras) cuya presencia
escondieron a la sociedad por considerarlo demasido peligroso.
Platón:
Se
les llegó a atribuir incluso propiedades mágicas o mitológicas; Timeo de
Locri, en el diálogo de Platón dice «El fuego está formado por tetraedros;
el aire, de octaedros; el agua, de icosaedros; la tierra de cubos; y como
aún es posible una quinta forma, Dios ha utilizado ésta, el dodecaedro
pentagonal, para que sirva de límite al mundo». Los antiguos griegos
estudiaron los sólidos platónicos a fondo, y fuentes (como Proclo)
atribuyen a Pitágoras su descubrimiento. Otra evidencia sugiere que sólo
estaba familiarizado con el tetraedro, el cubo y el dodecaedro, y que el
descubrimiento del octaedro y el icosaedro pertenecen a Teeteto, un
matemático griego contemporaneo de Platón. En cualquier caso, Teeteto dio
la descripción matemática de los cinco poliedros y es posible que fuera el
responsable de la primera demostración de que no existen otros poliedros
regulares convexos.
Los
elementos de Euclides:
Euclides
sintió fascinación por dichos sólidos debido a que se formó en el ámbiente
platónico de la "Academia de Atenas", fue él quien quien
dió la primera demostración sobre porque dichos poliedros eran sólo cinco y no
más, a su vez asició dichos poliedros con los elementos fundamentales de la
Tierra, de manera que al tetraedro le asoció el fuego, al hexaedro la tierra,
al octoedro el aire, al icosaedro el agua y por último al dodecaedro el cosmos.
El
Renacimiento:
Los
llamados artistas matemáticos del Renacimiento manifestaron gran interés por
los poliedros, propiciado, por una parte, por los estudios platónicos sugeridos
por la reaparición de ciertos manuscritos con las obras de Platón, y por
otra, debido a que estos sólidos servían como excelentes modelos en los
estudios sobre perspectiva.
El
estudio más completo fue realizado hacia 1480 por Piero della Francesca en su
obra "Libellus De Quinque Corporibus
Regularibus", aparte
de los tópicos euclídeos sobre poliedros, en esta obra se redescubren
gradualmente los llamados sólidos arquimedianos o poliedros semirregulares, que
son trece cuerpos igualmente inscriptibles en una esfera con caras polígonos
regulares de dos o tres tipos, siendo iguales los polígonos que resultan de
unir puntos medios de aristas que concurren en un vértice.
La
cosmología poliédrica de Kepler:
Kepler
fue totalmente seducido por la teoría de Platón y Pitágoras de
modo que elaboró una cosmología basada en los cinco sólidos regulares, en
la creencia de que estos serían la clave utilizada por el creador para la
construcción de la estructura del Universo. En la época de Kepler sólo se
conocían seis planetas, Mercurio, Venus, la Tierra, Marte. Júpiter y Saturno,
mientras que había infinitos polígonos regulares sólo existían cinco poliedros
regulares.
Kepler
pensó que los dos números estaban vinculados: «hay
sólo seis planetas porque hay sólo cinco poliedros regulares» y da una visión del
sistema solar que consiste en sólidos platónicos inscritos, encajados unos
dentro de otros. Al creer que había reconocido el esqueleto invisible del
Universo en esas estructuras perfectas que sostenían las esferas de los seis
planetas, llamó a su revelación "El Misterio
Cósmico".
En
los tiempos modernos:
La
famosa Fórmula de Euler que relaciona caras, vértices y aristas de un sólido
platónico: «en todo poliedro convexo, el número de
vértices menos el número de aristas más el número de caras es igual a dos» (V – A + C = 2), es
posible que fuera conocida por Teeteto y por Arquímedes, pero es Descartes
quien primero la establece hacia 1635.
Euler
la obtuvo de nuevo de forma independiente en 1752, dando una sencilla prueba
inductiva. Hoy se estudia como un invariante topológico y es uno de los tópicos
más representativos de la moderna Topología Algebraica. A partir de la Fórmula
de Euler se puede demostrar por procedimientos muy elementales la proposición
que culmina con broche de oro la composición de Euclides: la existencia de
justamente cinco poliedros regulares distintos.
En
el arte del siglo XXI: Gaudí, Escher y Dalí.
Gaudí desarrolló una
gran capacidad de utilizar todas las formas geométricas, se definía así mismo
como geómetra («yo soy geómetra que quiere decir hombre de
síntesis»)
y al considerar la naturaleza como fuente de inspiración de muchas de sus
formas geométricas, Gaudí escribía: «en la naturaleza
está el principio y el fin de todas las formas». No es extraño,
pues, que las formas poliédricas fueran un tópico habitual para el genio.
Gaudí utilizó luces en forma de dodecaedro tanto en la cripta de la Sagrada
Familia como en la catedral de Palma de Mallorca y es curioso saber que
colgaban del techo de su obrador algunos poliedros, pero también los introduce
en mcuhas de sus otras obras.
El
autor Escher realiza grandes pinturas y grabaos en los que aparece si
peculiaridad artística centrandose en las acpectos matemáticos, hasta
el punto de que llega a escribir que él mismo no está seguro de si está
haciendo Arte o Matemáticas.
Escher
estaba fascinado por la misteriosa regularidad de las formas minerales, de ahí
nace su interés por los poliedros, cuyas formas utilizará continuamente en los
múltiples modelos de diversos materiales y en numerosos grabados donde los
dibuja en diversas posiciones. Con el fin de tenerlos siempre presentes, Escher
construyó con hilo y alambre un modelo de los cinco cuerpos platónicos,
inscritos unos en otros.
Para
Dalí, como para otros muchos artistas, la geometría proporciona importantes
argumentos para la realización previa de la obra y su posterior análisis,
en particular la Divina Proporción y los poliedros regulares, ya que además de
aparecer en muchos de sus cuadros, asumen una función de orden cosmológico,
científico, teológico y simbólico, en la aplicación constante de la
Matemática a su pintura.
PROPIEDADES: Son la "Regularidad",
"Simetría" y "Conjugación". Que trataremos en el apartado: "Poliedros regulares"
Teorema de Euler:
El
teorema de Euler es muy importante y fundamental para entender los poliedros
regulares, ya que la fórmula de dicho teorema es: C + V = A + 2
ó
C
+ V - A = 2. El enunciado teórico de la primera fórmula es que el número de
caras, C, más el número de vértices, V, es igual al número de aristas, A,
sumándole 2. El enunciado de la segunda fórmula dice que el número de caras,
más el de vértices, menos el de aristas es siempre igual a 2. Son dos formas
distintas de estudiar el mismo teorema. Con éste teorema se deducen una serie
de consecuencias, que son las siguientes.
1) No puede existir un poliedro convexo con menos de seis aristas, cuatro caras
y cuatro vértices.
2) Sólo existen cinco poliedros convexos cuyas caras sean polígonos de igual
número de lados y cuyos ángulos poliedros tengan entre sí el mismo número de
aristas y que son: tetraedro, octaedro, icosaedro, hexaedro y dodecaedro.
3) La suma de todas las caras de un poliedro convexo es igual a tantas veces
cuatro rectos como el número de vértices que tiene menos dos.
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