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miércoles, 23 de octubre de 2013

Problema de la comunicación en el aula de Matemática


 

En este artículo se trata el problema de la comunicación en el aula de Matemática. Se aborda el lenguaje matemático diferenciándolo del lenguaje natural. Se presta atención al escrito en la actividad matemática. Se consideran el papel de las emociones y la comunicación intelectual emocional.




Publicado en: Revista Nº 22 – Agosto 2011 – Sección Sentipensar la Matemática


ÍNDICE

1.- LA COMUNICACIÓN MATEMÁTICA.

2.- EL LENGUAJE MATEMÁTICO.

3.- EL ESCRITO EN LA ACTIVIDAD MATEMÁTICA.


1.- LA COMUNICACIÓN MATEMÁTICA

La comunicación matemática es un aspecto muy importante del proceso de estudio de la Matemática en el aula. Es a través de la comunicación oral y escrita como los alumnos dan sentido al conocimiento matemático que se está construyendo.

Esta comunicación se desenvuelve basándose en la utilización de diversos tipos de materiales, así como de diferentes modos de trabajo, y en la forma en que el profesor organiza el espacio y el tiempo. En la interacción de los individuos, unos con otros, se desenvuelven las capacidades cognitivas y se promueven las actitudes y valores indicados en las orientaciones curriculares.


2.- EL LENGUAJE MATEMÁTICO

La Matemática tiene, como la mayoría de las ciencias y otras disciplinas del saber, un lenguaje particular, específico, el cual simplifica, en algunos casos, la comunicación, y por otro lado clarifica y designa de una manera exacta, sin posible confusión, sus contenidos.

En este lenguaje, que podemos llamar lenguaje matemático, las afirmaciones son presentadas de una manera propia, siendo tajantes, con demostraciones de su veracidad, y sin permitir ambigüedades. Todos y cada unos de los símbolos de escritura definidos y utilizados tienen una tarea determinada, exacta, sin solapamientos ni posibles equívocos, mientras que también la estructura de su presentación es idónea para su perfecta comprensión. Puede describirse como un sistema regido por principios y reglas sobre los sonidos, símbolos, expresiones, diagramas, gráficos, significado, e incluso, sobre sentimientos y emociones con respecto al lenguaje y a la actividad matemática

Es usual diferenciar tres categorías de palabras usadas en el proceso de la enseñanza de la Matemática:

Categoría 1: Palabras técnicas que, normalmente, no forman parte del lenguaje cotidiano. Los matemáticos han desarrollado una serie de términos específicos para comunicarse entre sí, que pueden causar problemas en las clases de Matemática en caso de que los alumnos no lleguen a dominarlo.

Categoría 2: Palabras que aparecen en la Matemática y en el lenguaje ordinario, aunque no siempre con el mismo significado en los dos contextos. A causa de interpretaciones lingüísticas diferentes se producen innumerables confusiones cuando el profesor emplea términos del dialecto matemático y los alumnos lo interpretan de acuerdo con el lenguaje ordinario, (por ejemplo, infinito, igual, semejante, transformación,...)

Categoría 3: Palabras que tienen significados iguales o muy próximos en ambos contextos, (por ejemplo, alineados, paralelos, perpendiculares…)

Categoría 4: Palabras que tienen significado diferente dentro del mismo lenguaje matemático. Por ejemplo, la palabra cuadrado. No es lo mismo el significado en “nueve al cuadrado” que en “el cuadrado es un ejemplo de cuadrilátero”.

La naturaleza del lenguaje matemático es entendida de formas muy diversas entre los profesores y estudiantes. Esta concepción guarda relación con el proceso de estudio de la Matemática, así como con la comunicación que se lleva a cabo en el contexto del aula.


2.1 La lengua y el habla matemática

En la sección anterior realizamos algunas consideraciones acerca del lenguaje matemático. En ese marco, ¿cómo se manifiesta el habla matemática?, ¿En qué consiste?, ¿qué la diferencia del habla materna?

La lengua matemática sirve para la codificación de mensajes matemáticos. Esta codificación se apoya en los principios y normas que rigen el lenguaje matemático. Como vimos, la lengua y el habla matemática se pueden manifestar a través de canales orales o escritos, de la representación escrita, de expresiones simbólicas, representaciones gráficas o combinaciones de éstos.

Así, la lengua matemática soporta al habla, tal como la langue a la parole en Saussure (en el lenguaje materno). Estas ideas permiten definir el lenguaje matemático como: constituido por la lengua y el habla matemática y se rige por los sistemas de principios y reglas:

(a) fonológico,

(b) simbólico y gráfico,

(c) sintáctico,

(d) semántico

(e) expresivo y evocativo.


3.- EL ESCRITO EN LA ACTIVIDAD MATEMÁTICA.

En este apartado nos dedicamos a realizar algunas consideraciones acerca del lenguaje escrito, sus características y el papel de los escritos en la actividad matemática. En fin, le ofrecemos un recorrido por temas que habitualmente no están presentes en la formación de los profesores de Matemáticas.

Los seres humanos han tenido una profunda necesidad de plasmar experiencias en forma escrita, a través de la evolución de la historia, según Zinsser (1997), en Para dar belleza a sus verdades. Los hombres de las cavernas, señala, este mismo autor, inscribían sus relatos en escuetas pictografías en las rocas que le servían de paredes. Actualmente, afirma Calkins (1997): Con fibras, bolígrafos, lápices labiales y lapiceros, los niños pequeños dejan sus marcas en las paredes del baño, en el dorso de los sobres usados, en los deberes escolares de sus hermanos mayores, en fin en cualquier espacio donde puedan y tengan la oportunidad de ejercitar su escritura.

Asimismo, Fuentes (2000), señala que al ser humano le gusta escribir porque quiere entender su vida, no obstante, afirma este mismo autor, que en las escuelas, los alumnos no quieren escribir, demostrando una gran apatía cuando penosamente enhebran relatos escritos apenas legibles, lo que conduce a inferir que esta apatía podría estar relacionada con las características del proceso de estudio que se está generando en el aula. Esto, indica que el docente, de cualquier nivel de la escolaridad debe fomentar en los alumnos que conviertan el proceso de escritura en un proyecto personal, eliminando la coacción, la presión, la inducción y el castigo.

Esto implica que el alumno se asuma como escritor, convirtiendo la escritura como un hecho personal, individual, y eso es verdaderamente lo importante.

En tal sentido, cobra mucha relevancia la legibilidad de lo que se escribe, pues de este hecho depende la comunicación directa y explícita que se requiere actualmente en el ámbito social cuando la interacción que se establece es escrita. También es la que se requiere en lo que hace a la comunicación en el ámbito del aula de Matemática: comunicación social y comunicación intrapersonal.


3.1 El lenguaje matemático escrito.

Por lo dicho en el apartado anterior, si consideramos al lenguaje matemático, su lengua la constituye el sistema de signos (símbolos matemáticos, gráficos, gestos, expresiones corporales, entre otros) compartidos por una comunidad (de matemáticos o una institución, como la escuela, un aula, etc.) y las reglas de uso de ese sistema; el habla matemática reúne los usos de ese sistema por un individuo en un contexto en particular.
Pero, ¿qué aspectos del lenguaje “contempla” la comunicación matemática escrita?; precisamente, ¿“contempla” el habla la manifestación escrita del lenguaje matemático?
Si se entiende el habla (materializada) en dos modalidades, oral y escrita (incluyendo los gráficos), la noción de Saussure se “adapta” al lenguaje matemático escrito (o recíprocamente). Sin embargo, en esta “adaptación” las características del habla son afectadas en sus dos modalidades: oral y escrita.

Si se ve a la lengua y al habla como partes inseparables del lenguaje, como las dos caras de una moneda, se espera que existan variaciones en las relaciones y naturaleza de sus características. Por ejemplo, el habla matemática no existe (o se manifiesta) exclusivamente a través de impresiones sonoras, como en el lenguaje natural, sino que aparte de ellas lo hace con impresiones de carácter gráfico y simbólico, e incluso informático (aunque muchas de estas impresiones también pueden ser verbalizadas), en correspondencia con el medio utilizado para enviar mensajes. En este sentido, el sistema de signos para el lenguaje matemático abarca signos del lenguaje natural, gráficos, visuales, gestuales, etc., lo que confiere a este lenguaje una dificultad intrínseca.

Los malentendidos al utilizar el lenguaje matemático en el aula o incluso en producciones escritas como los libros de texto influyen en la enseñanza de la Matemática, lo cual constituye un problema muy complejo. No sólo se construye significado a los objetos y relaciones matemáticas sino que el mismo trabajo en el aula (la actividad matemática) adquiere significados; por esta razón algunos investigadores conciben al aula como campo de interacciones simbólicas.

En una primera mirada puede resultar difícil hacer una comparación con el lenguaje matemático. Sin embargo, si se piensa en expresiones como “esta prueba no es muy elegante”, “se puede demostrar por una vía más corta”, “tengo duda de si resolví bien el problema”, “no estoy seguro de la validez de esos argumentos”, etc. vemos que son bastante comunes en la actividad matemática de los alumnos y profesores.


3.2 El escrito en la actividad matemática

Durante la actividad matemática aparecen diferentes tipos de escritos; éstos pueden ser referenciados de acuerdo con su función:

-  enunciación de un problema o regla de juego;
-  formulación de la consigna o pregunta;
-  elaboración de una estrategia;
-  comunicación de un desarrollo o de los resultados;
-  producción de un texto con formato establecido: monografías, comunicaciones, 
   ponencias, tesis, elaboración de gráficos, tablas, diagramas, confección de mapas 
   conceptuales; etc.

Parte importante del trabajo de los alumnos es lograr comunicar los resultados obtenidos en las tareas propuestas. Esto obliga, en forma ineludible, a tener que interpretar y representar las relaciones que se establezcan en los distintos marcos en los cuales hayan trabajado. Números, gráficos y esquemas empleados deben permitir a cualquier lector o receptor la posibilidad de comprender el razonamiento aplicado, así como las conclusiones a las cuales arribaron.

Claro que no siempre los alumnos pueden dar cuenta de las estrategias utilizadas, de los métodos que aplicaron para llegar a la respuesta. Sin embargo, esto no resta la importancia que la comunicación, tanto oral como escrita tiene en esta disciplina, motivo por el cual no podemos dejarla de lado.

No nos referimos sólo al lenguaje formal riguroso, sino también al que surja de la enseñanza y el aprendizaje cotidianos. Explicar en forma oral o escrita los procedimientos nos obliga a poner en juego conceptos y relaciones, haciendo uso del vocabulario adecuado en los distintos marcos (aritmético, algebraico, geométrico, …) y registros (gráfico, figurativo, verbal, simbólico, ...)