El concepto de espacio no es unívoco. Debe abordarse con una gran
apertura de ideas. Es espacio arquitectónico no puede reducirse ni al espacio
físico ni a la dualidad espacio interior-exterior, ni siquiera al concepto de
parcelación habitable.
“El espacio arquitectónico posee un rasgo absolutamente diferencial:
es creado por el hombre para el uso del hombre”
Por otro lado, la Geometría elabora modelos matemáticos capaces de
describir parcelas concretas del espacio. Cabe considerar así el espacio
geométrico, como una aportación teórica, sugerente y clara al estudio de
ciertas facetas formales del espacio arquitectónico.
La realización de un proyecto arquitectónico introduce en el ambiente
una alteración, una alteración espacial. Volúmenes, superficies, líneas y sus
articulaciones plásticas y cromáticas concurren juntas al crear, tanto en el
interior como en el exterior del edificio, espacios cuya calidad dependerá
también de la relación dimensional con el hombre. El espacio es siempre, en
alguna medida, dinámico, precisamente porque es visible y disfrutable desde
diferentes puntos de vista, y porque nunca es posible hablar de un solo espacio:
por lo menos son dos, el exterior y el interior; pero habitualmente son muchos más,
porque hasta un edificio sencillo presenta numerosas articulaciones.
En el exterior, Kahn defiende que se debe buscar la capacidad
evocativa que las formas geométricas puras poseen intrínsecamente. El
significado debe dejarse implícito, latente, con voluntad de permanecer y nunca
quedar del todo explicado. En este sentido es heredero de Wright y de su
predilección por las formas y volúmenes elementales. Para entrar en la
definición del concepto de espacio arquitectónico, expondré la definición de
Nikolaus Pevsner:
“Un cobertizo para guardar bicicletas es un edificio. La catedral de
Lincoln es una obra de arquitectura. Todas o casi todas las estructuras que
delimitan un espacio de medida suficiente para que se mueva un ser humano, son
un edificio... Un edificio puede provocar sensaciones estéticas de tres
maneras: La primera de estas maneras es en dos dimensiones; es la manera propia
del pintor. Son sensaciones producidas por el tratamiento de la superficie, por
las proporciones, por las relaciones de los vacíos con los llenos y por la
ornamentación. La segunda, en tres dimensiones, trata el edificio como un
volumen, es la manera del escultor. Es estéticamente significativo el tratamiento
exterior de un edificio en su conjunto, sus contrastes, los efectos. La tercera
manera también es en tres dimensiones, pero se refiere al espacio; mas que las anteriores
es propia del arquitecto. Las sensaciones estéticas se provocan por el efecto en
nuestros sentidos del tratamiento del interior, la sucesión de los ambientes,
el ensanchamiento de una nave en el crucero, el movimiento majestuoso de una
escalinata barroca. Lo que distingue la arquitectura de la pintura y de la
escultura es su característica espacialidad. En este campo, y sólo en este
campo, ningún otro artista puede emular al arquitecto. Por tanto, la historia
de la Arquitectura es, ante todo, la historia del hombre que modela el
espacio”.
La definición la recoge también Bruno Zevi
“... la pintura actúa en dos dimensiones, aunque pueda sugerir tres o
cuatro. La escultura actúa en tres dimensiones, pero el hombre se queda en el
exterior, separado. En cambio, la arquitectura es como una gran escultura
excavada en cuyo interior el hombre penetra y camina”
Volviendo al proceso proyectual de un edificio, para formular su
esquema, el arquitecto deberá emplear un medio de representación preciso y
fiable. Este medio se lo proporciona la GEOMETRÍA DESCRIPTIVA, y sobre todo, la
GEOMETRÍA EUCLIDEA, que es la geometría base del arquitecto al tratar la
economía del espacio, aunque también puede recibir ayuda de otra geometría, la
GEOMETRÍA PROYECTIVA, que es la base matemática de la descriptiva.
La arquitectura no puede expresarse ni comunicarse más que con medios
gráficos y éstos tienen gran importancia porque, convenientemente elegidos y
usados con maestría, pueden efectivamente representar y simular la deseada
realidad proyectual. Es muy difícil, por ejemplo, proponer soluciones si no se
conoce la geometría de una estructura, por ejemplo. Para el técnico, la forma
es una ecuación matemática; para el arquitecto es además proporción, espacio y
armonía.
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