Para definirla de un modo sencillo
la palabra álgebra, diremos que es la rama de las matemáticas en la que
se usan letras para representar relaciones aritméticas.
Tal como ocurre en la aritmética,
las operaciones fundamentales del álgebra son adición, sustracción,
multiplicación, división y cálculo de raíces.
Sin embargo, la aritmética, no es capaz de generalizar las relaciones matemáticas, como el teorema de Pitágoras.
La aritmética sólo da casos particulares de esta relación (por ejemplo, 3, 4 y 5, ya que 32 + 42 = 52). El álgebra, por el contrario, puede dar una generalización que cumple las condiciones del teorema: a2 + b2 = c2.
El álgebra moderna ha evolucionado
desde el álgebra clásica al poner más atención en las estructuras matemáticas.
Los matemáticos consideran al álgebra moderna como un conjunto de objetos con reglas que los conectan o relacionan. Así, en su forma más general, una buena definición de álgebra es la que dice que el álgebra es el idioma de las matemáticas.
Historia.
La historia del álgebra,
como en general la de la matemática, comenzó en el antiguo Egipto y Babilonia,
donde fueron capaces de resolver ecuaciones lineales (ax = b)
y cuadráticas (ax2 + bx = c), así como ecuaciones
indeterminadas como x2 + y2 = z2,
con varias incógnitas.
Los antiguos babilonios, por su
parte, resolvían cualquier ecuación cuadrática empleando esencialmente los
mismos métodos que hoy se enseñan. También fueron capaces de resolver algunas
ecuaciones indeterminadas
Los matemáticos alejandrinos Herón
y Diofante continuaron con la tradición de Egipto y Babilonia, aunque el libro Las
aritméticas de Diofante es de bastante más nivel y presenta muchas
soluciones sorprendentes para ecuaciones indeterminadas difíciles.
Esta antigua sabiduría sobre
resolución de ecuaciones encontró, a su vez, acogida en el mundo islámico, en
donde se le llamó "ciencia de reducción y equilibrio". (La palabra
árabe al-jabru que significa “reducción”, es el origen de la palabra álgebra).
En las civilizaciones antiguas se
escribían las expresiones algebraicas utilizando abreviaturas sólo
ocasionalmente; sin embargo, en la edad media, los matemáticos árabes fueron
capaces de describir cualquier potencia de la incógnita x, y
desarrollaron el álgebra fundamental de los polinomios, aunque sin usar los
símbolos modernos. Esta álgebra incluía multiplicar, dividir y extraer raíces
cuadradas de polinomios, así como el conocimiento del teorema del binomio.
A principios del siglo
XIII, el matemático italiano Leonardo Fibonacci consiguió encontrar una
aproximación cercana a la solución de la ecuación cúbica x3 + 2 > x2 + cx = d.
Fibonacci había viajado a países árabes, por lo que con seguridad utilizó el
método arábigo de aproximaciones sucesivas.
A principios del siglo XVI los
matemáticos italianos Scipione del Ferro, Tartaglia y Gerolamo Cardano
resolvieron la ecuación cúbica general en función de las constantes que
aparecen en la ecuación. Ludovico Ferrari, alumno de Cardano, pronto encontró
la solución exacta para la ecuación de cuarto grado y, como consecuencia,
ciertos matemáticos de los siglos posteriores intentaron encontrar la fórmula
de las raíces de las ecuaciones de quinto grado y superior. Sin embargo, a
principios del siglo XIX el matemático noruego Niels Abel y el francés Évariste
Galois demostraron la inexistencia de dicha fórmula.
Un avance importante en el álgebra
fue la introducción, en el siglo XVI, de símbolos para las incógnitas y para
las operaciones y potencias algebraicas. Debido a este avance, el Libro III de
la Geometría (1637), escrito por el matemático y filósofo francés René
Descartes se parece bastante a un texto moderno de álgebra.
Sin embargo, la contribución más
importante de Descartes a las matemáticas fue el descubrimiento de la geometría
analítica, que reduce la resolución de problemas geométricos a la
resolución de problemas algebraicos.
Durante el siglo XVIII se continuó
trabajando en la teoría de ecuaciones y en 1799 el matemático alemán Carl
Friedrich Gauss publicó la demostración de que toda ecuación polinómica
tiene al menos una raíz en el plano de los números complejos.
En los tiempos de Gauss, el
álgebra había entrado en su etapa moderna. El foco de atención se trasladó de
las ecuaciones polinómicas al estudio de la estructura de sistemas matemáticos
abstractos, cuyos axiomas estaban basados en el comportamiento de objetos
matemáticos, como los números complejos, que los matemáticos habían encontrado
al estudiar las ecuaciones polinómicas.
Las cuaternas fueron descubiertas
por el matemático y astrónomo irlandés William Rowan Hamilton, quien desarrolló
la aritmética de los números complejos para las cuaternas.
Después del descubrimiento de
Hamilton el matemático alemán Hermann Grassmann empezó a investigar los
vectores. A pesar de su carácter abstracto, el físico estadounidense J. W.
Gibbs encontró en el álgebra vectorial un sistema de gran utilidad para los
físicos, del mismo modo que Hamilton había hecho con las cuaternas.
La amplia influencia de este
enfoque abstracto llevó a George Boole a escribir Investigación sobre las
leyes del pensamiento (1854), un tratamiento algebraico de la lógica
básica. Desde entonces, el álgebra moderna —también llamada álgebra abstracta—
ha seguido evolucionando; se han obtenido resultados importantes y se le han
encontrado aplicaciones en todas las ramas de las matemáticas y en muchas otras
ciencias.
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