miércoles, 23 de octubre de 2013

LA TRANSMISIÓN DEL CONOCIMIENTO


Considerando que la matemática es un “objeto de enseñanza”, este puede transmitirse. Quien posee el conocimiento puede ofrecerlo a quien no lo posee, sin riesgo de que el conocimiento se modifique en el proceso de transmisión.

La tarea del profesor consiste en “inyectar” el conocimiento en la mente del estudiante a través de un discurso adecuado. El estudiante por su parte, no puede modificar la estructura del discurso, su tarea consiste en decodificarlo. La didáctica bajo este punto de vista, busca optimizar la tarea del profesor mediante una especie de combinatoria de contenidos, generalmente apoyada en preceptos universales, y poniendo especial énfasis en el contexto de la justificación, como estado superior del conocimiento.


La evaluación del aprendizaje, bajo esta concepción, queda definida de manera clara: los mismos contenidos que el profesor transmite inequívocadamente mediante su discurso, serán demandados al estudiante, quien deberá responder con un discurso análogo. Aunque se reconocen diferencias entre los estudiantes (de inteligencia, de actitud, de motivación) estas diferencias se borran al solicitar respuestas únicas y universales, centradas principalmente, en el contexto de justificación.

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