Conceptualización
La evaluación debe ser entendida como el conjunto de acciones
dirigidas a obtener información sobre el grado de apropiación de conocimientos,
habilidades, valores y actitudes; en función de las experiencias provistas en
clase y por otro lado, aporta elementos para la revisión de la práctica
docente.
Para desarrollar las competencias propuestas en los programas, se
requiere una evaluación formativa por lo que las evidencias del aprendizaje
guían la práctica docente y con ellas, se reconocen las dificultades que los
alumnos pueden presentar en sus procesos de aprendizaje. No se trata de medir,
sino tener elementos cualitativos y cuantitativos relacionados con el
desarrollo integral del estudiante, lo cual implica cambiar la visión de la evaluación.
En los programas de estudio y los materiales educativos, la
evaluación se concibe en términos formativos como un proceso, no como un
momento de la enseñanza y del aprendizaje. En este sentido, la evaluación
formativa implica una interacción permanente que se realiza en el curso del
aprendizaje, una reflexión sistemática y un diálogo con los alumnos acerca de
los resultados obtenidos. Asimismo, aclara el origen de las dificultades
educativas proporcionando al docente elementos para mejorar los procesos de enseñanza
y de aprendizaje.
La evaluación de los aprendizajes es el
proceso que permite obtener evidencias, elaborar juicios y brindar
retroalimentación sobre los logros de aprendizaje de los alumnos a lo largo de
su formación; por tanto, es parte constitutiva de la enseñanza y del
aprendizaje.[1]
MATEMÁTICAS
¿Qué se evalúa?
Deben evaluarse los tres elementos fundamentales del proceso
didáctico: el docente, las actividades de estudio y los alumnos. Los dos
primeros pueden ser evaluados mediante el registro de juicios breves en los
planes de clase, sobre la pertinencia de las actividades y de las acciones que
realiza el profesor en la clase.
Respecto a los alumnos deben evaluarse dos aspectos. El primero se
refiere a qué tanto saben hacer y en qué medida aplican lo que saben, en
estrecha relación con los contenidos matemáticos que se estudian en cada grado.
Para apoyar a los profesores en este aspecto se han definido los aprendizajes
esperados en cada bloque temático, en los cuales se sintetizan los
conocimientos y las habilidades que todos los alumnos deben aprender al estudiar
cada bloque.
Los aprendizajes esperados son saberes que se construyen como
resultado de los procesos de estudio mencionados.
Con el segundo aspecto por evaluar se intenta ir más allá de los
aprendizajes esperados y, por lo tanto, de los contenidos que se estudian en
cada grado. Se trata de las competencias matemáticas, cuyo desarrollo deriva en
conducirse competentemente tanto en el estudio como en la aplicación de las
matemáticas, ante las situaciones que se presentan en la vida cotidiana.
¿Para qué se evalúa?
Aunque suena redundante, se evalúa para mejorar lo que se evalúa,
es decir, para mejorar el desempeño de los alumnos y del profesor, así como la
calidad de las actividades que se plantean para estudiar matemáticas.
Para el estudiante, la evaluación es una oportunidad de mostrar lo
que ha aprendido y lo que aún le falta por aprender. Es una forma de establecer
un diálogo con el profesor en el que ambos obtienen una retroalimentación
recíproca y es una fuente de sugerencias de acción (Clark, 2002).
¿Con qué evaluar?
Para evaluar el desempeño de los alumnos es necesario plantear
tareas que sean nuevas, es decir, que no reproducen una tarea ya resuelta, sino
que constituyen una variante de ésta. Preferentemente dichas tareas deben ser
complejas, es decir, que impliquen movilizar diversos conocimientos y
habilidades. Además, las mencionadas tareas deben ser adidácticas, esto es, que
el enunciado de la consigna no induzca el proceso a seguir y no indique los
recursos pertinentes para su resolución (Denyer, 2007).
Además de la información que aportan las tareas planteadas, se
pueden utilizar otros recursos, como registros breves de observación, cuadernos
de trabajo de los alumnos, listas de control, anecdotarios, portafolios,
etcétera.
¿Cómo evaluar?
Principalmente mediante la observación del trabajo que realizan
los alumnos, para tratar de conocer sus logros y el origen de las dificultades
que enfrentan. Es necesario acostumbrarnos a tomar notas breves que nos
informen sobre el desempeño de los alumnos, sobre todo de aquellos que muestran
más dificultades.
Toda la información que logremos recabar, nos permitirán
establecer juicios tanto de los logros y dificultades que muestran los alumnos,
como de las acciones pertinentes para que los resultados mejoren. Es importante que dichos juicios sean
conocidos por los propios alumnos, por otros profesores involucrados en su
proceso de formación y por los padres de familia, con el fin de que puedan
apoyar las acciones para mejorar.
Con el fin de aportar algunos elementos que permitan describir el
avance de los alumnos en aspectos que van más allá de los conocimientos y
habilidades y que hemos llamado competencias matemáticas, en seguida se
establecen algunas líneas de progreso que definen el punto inicial y la meta a la
que se puede aspirar:
a) De resolver con ayuda a resolver de manera autónoma. La mayoría de los profesores de nivel básico estará de acuerdo en
que cuando los alumnos resuelven problemas hay una tendencia muy fuerte a
recurrir al maestro, incluso en varias ocasiones para saber si el procedimiento
que siguen es correcto. Resolver de manera autónoma implica que los alumnos se
hagan cargo del proceso de principio a fin, considerando que el fin no es sólo
encontrar un resultado, sino comprobar que es correcto, tanto en el ámbito de
los cálculos como en el de la solución real, en caso de que se requiera.
b) De la justificación pragmática al uso de propiedades. Según la premisa de que los conocimientos y las habilidades se
construyen mediante la interacción de los alumnos con el objeto de conocimiento
y con el maestro, un ingrediente importante en este proceso es la validación de
los procedimientos y resultados que se encuentran, de manera que otra línea de
progreso que se puede apreciar con cierta claridad es pasar de la explicación
pragmática “porque así me salió” a los argumentos apoyados en propiedades o
axiomas conocidos.
c) De los procedimientos informales a los procedimientos expertos. Un principio fundamental que subyace en la resolución de
problemas tiene que ver con el hecho de que los alumnos utilicen sus
conocimientos previos, con la posibilidad de que éstos evolucionen poco a poco
ante la necesidad de resolver problemas cada vez más complejos. Necesariamente,
al iniciarse en el estudio de un tema o de un nuevo tipo de problemas los
alumnos usan procedimientos informales; a partir de ese punto es tarea del
maestro sustituir estos procedimientos por otros cada vez más eficaces. Cabe
aclarar que el carácter de informal o experto de un procedimiento depende del
problema por resolver; por ejemplo, para un problema de tipo multiplicativo la
suma es un procedimiento informal, pero esta misma operación es un
procedimiento experto para un problema de tipo aditivo.
¿A quién se dirige la evaluación?
La evaluación se dirige a los tres elementos fundamentales del
proceso didáctico: el docente, las actividades de estudio y los alumnos. Los
dos primeros pueden ser evaluados mediante el registro de juicios breves. Los
alumnos deben evaluarse considerando los aprendizajes esperados y el desarrollo
de las competencias matemáticas.
¿Cuándo evaluar?
La evaluación es un proceso permanente y continuo, se evalúa
durante el desarrollo de las actividades y mediante la búsqueda de información
en los trabajos que realizan los alumnos.
Si se considera que la evaluación es
una forma de dialogar entre el profesor y el alumno, este diálogo debe ser
constante para que se puedan realizar, en tiempo y forma, las acciones
necesarias para mejorar.
Hola compañeros, para que conozcan los criterios de evaluación de acuerdo a la RIEB, donde se centra el aprendizaje en los alumnos y la práctica docente del profesor.
ResponderEliminarmuy importante tu publicación compañera!! es necesario conocer los criterios de evaluación de acuerdo a la RIEB, y tu los expones claramente..gracias.aunque también es muy interesante el libro de La evaluacion educativa, Cassanova.
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