miércoles, 23 de octubre de 2013

EL  PAPEL  DE  LA  ESPISTEMOLOGÍA  EN  LA  PRÁCTICA  EDUCATIVA


Cada vez más los autores que reconocen explícitamente el hecho de que las posiciones filosóficas y las teorías epistemológicas relativas al conocimiento matemático ejercen una influencia determinante sobre educación matemática.

Entendemos “Educación Matemática” en un sentido amplio, es decir, no sólo la labor que realiza el profesor dentro del salón de clase, sino que nos referimos, además, a aquellos otros factores que intervienen y hacen posible que la matemática se enseñe y se aprenda; estos factores son: el diseño y el desarrollo de planes y programas de estudio, los libros de texto, las metodologías de la enseñanza, las teorías del aprendizaje, la construcción de marcos teóricos para la investigación educativa.

El actor o los actores que intervienen para dar cuerpo a los factores mencionados arriba, lo hacen, explícita o implícitamente desde sus personales convicciones filosóficas y epistemológicas respecto a la matemática. Es decir, las concepciones que ellos tienen sobre “lo que es la matemática” y “lo que es el conocimiento matemático”, permean los elementos que conforman los procesos de enseñanza y de aprendizaje de las matemáticas.

Intuicionismo, formalismo, logicismo, constructivismo, empiricismo, estructuralismo y demás “ismos”, han tenido, en su momento, una influencia significativa para guiar las ideas y demarcar los principios que rigen la educación matemática.


No quiere decir esto que todos los profesionales de la educación matemática están “inscritos” en alguna escuela filosófica. En muchos casos, se trata, simplemente, de las opiniones “privadas” del profesor, del autor de textos, del profesional que diseña los planes y programas o del investigador, acerca de la naturaleza de la matemática y del conocimiento matemático y a sus convicciones de cómo éstas se relacionan con la labor de la enseñanza y con el aprendizaje de los estudiantes. A menudo estas opiniones han sido indirectamente adquiridas o heredadas a través de su propia formación, pero frecuentemente, también obedecen a tendencias o modas de corrientes internacionales que, en ocasiones, son incompatibles con las primeras.

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